Trofeo Caza y Conservación
SINGULARIDADES
Traemos este mes a nuestra revista un artículo técnico sobre las poblaciones del ciervo ibérico, nuestro ciervo, de características anatómicas y comportamentales propias, y con dos linajes principales únicos y exclusivos de nuestra Península. Puede que haya más o menos discusión sobre el tema, pero ahí está, expuesto sobre la mesa y con importantes estudios que lo apuntalan. Somos un país diferente por nuestra situación geográfica, lo que nos proporciona esa singularidad para muchas otras cosas. Tenemos a la Capra pyrenaica, única también en el mundo, que levanta pasiones entre nuestros visitantes extranjeros aficionados a la caza. Y, como país singular que somos, estamos perdiendo, solamente en la sierra de Gredos, donde habita una subespecie singular, alrededor de doscientas cincuenta cabezas por ataques de lobo, como nos informó el presidente de la Fundación Artemisan, José Luis López-Shümmer, en el I Congreso Nacional sobre el Lobo, celebrado en Madrid el pasado mes de enero. Sí, es otra singularidad nuestra, tenemos una de las mayores poblaciones de lobos, que ya no respetan fronteras naturales ni cortapisas ni valladares y, además, en contra de la modificación de su estatus de protección en Europa, el Gobierno español no está por la labor de retirar al lobo del Listado de Especies en Régimen de Protección Especial (LESPRE) y seguirá prohibiendo su caza, obviando daños, sufrimientos, pérdidas económicas, estudios científicos, informes técnicos…, y el lobo seguirá incrementando sus poblaciones hasta que se coman a un hijo de… algún pro-lobo. En España somos tan singulares que proporcionamos anticonceptivos a los jabalíes, cuando todo el mundo los trata como una plaga peligrosa, porque se redujeron sus cupos de capturas en su día y los vientos ecologistas desanimaron a más de un aficionado. Jabalíes que han acabado, prácticamente, con las perdices rojas, las pardillas, las nivales, los urogallos y que van camino de hacerse con las avutardas, otra particularidad nuestra, pues, aunque tenemos la mayor población de Europa, tampoco se puede cazar. Somos el país donde los gallos violan a las gallinas, donde los animales de los refugios, aunque sean posibles portadores de brucelosis, tuberculosis y demás enfermedades infeccionas, se les intenta indultar, con escraches, pero no se les hacen saneamientos. Somos el lugar donde un pino mató al último ejemplar de otra subespecie endémica como fue el bucardo. Somos el territorio donde la sarna arrasa parques y reservas. Y también somos el país donde más «entendidos» hay por metro cuadrado. Pero las gallinas están bien…. Seguir leyendo
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