Informe Semanal de Política Exterior

¿UNA NUEVA ESTRELLA EN LA BANDERA DE EEUU?

Washington, Jefferson y Franklin creían que Canadá era un “integrante natural” de una Norteamérica unida. En 1775 el ejército continental de las 13 colonias invadió el territorio de Canadá, que se mantuvo leal a la Corona británica, como colonia hasta 1867, dominio hasta 1931 y desde entonces, realm de la Commonwealth con Carlos III como jefe de Estado. La identidad canadiense, según algunos analistas, es la primera “posnacional” del mundo desarrollado, con minorías de origen indio y chino que están entre las mayores del Norte Global. Los sondeos, sin embargo, muestran que solo el 13% querría ser “americano”. El contrato social canadiense es muy distinto al de EEUU, con amplios servicios públicos financiados con una presión fiscal del 33%, frente al 27% de la de EEUU. En Canadá, la seguridad social es un servicio de salud similar al NHS británico, y no solo un sistema de pensiones como en EEUU. El propio Justin Trudeau –al que Trump llama “gobernador” y no primer ministro– declaró a la CNN en qué consiste ser canadiense: “We’re not Americans”. Enmendar la constitución para disolver el país y unirlo a EEUU requeriría del voto unánime de las dos cámaras del Parlamento de Ottawa y de todas las legislaturas de sus 10 provincias y tres territorios. Pero nadie ya se toma en broma a Trump. Si cumple su amenaza de imponer aranceles del 25% a sus exportaciones, su economía podría caer un 2,6%. Las megalópolis de los Grandes Lagos – Chicago, Detroit, Toronto, Montreal…– articulan una de la macrorregiones más ricas y pobladas del hemisferio occidental. Seguir leyendo