Informe Semanal de Política Exterior
MENOS DEUDA PRIVADA, MENOS CRECIMIENTO
En los años previos a la pandemia surgió un temor por una crisis de deuda global. Los problemas inmobiliarios en China, el crecimiento del shadow banking (o banca en la sombra) y los persistentes déficits públicos generaron un aumento de la preocupación. La deuda privada ascendió al 152% del PIB ese año y, desde entonces, se ha reducido en casi 10 puntos, al 143% Se sitúa ya por debajo del nivel de 2019, lo que significa que el sector privado ha digerido ya todo el aumento de la deuda que acumularon durante los meses del confinamiento. El descenso ha sido especialmente intenso en las economías avanzadas: del 164% del PIB en 2019, escaló al 177% en 2020 y se redujo al 158% en 2023. Más concretamente, la bajada ha sido muy acusada en la eurozona, con un descenso del endeudamiento de más de 10 puntos del PIB desde 2019 hasta 2023. Incluso los países emergentes están inmersos en una reducción de la deuda desde el pico de la pandemia, pasando del 135% del PIB al 128% en el último año. En la historia del último medio siglo no es habitual episodios de reducción de la deuda privada. Hasta los años 80, se mantuvo de forma sostenida por debajo del 80% del PIB. Sólo en años puntuales, como fueron los de la crisis financiera global de 2008, la crisis de las “puntocom” (1996-2001) o la crisis de los mercados emergentes, se redujo la deuda privada. En esta ocasión, el mundo no está en crisis, pero las perspectivas de crecimiento no son nada halagüeñas. Este es el mensaje del FMI con el que acompaña la actualización de la base de datos. El Fondo señala que la caída de la deuda privada es consecuencia, principalmente, de las pobres expectativas económicas. Seguir leyendo
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